domingo, 30 de junio de 2013

Acaso... ¿Se arreglo todo?


Probablemente no lo hagan, pero de todos modos... lean esta entrada, quizás no les ayude en nada... pero es mejor prevenir que curar.


Con el pasar del tiempo todo va cambiando.
Con el pasar del tiempo todo va empeorando. 
Con el pasar del tiempo todo es enredado.Con el pasar del tiempo... todo es más complicado.


No sé si esto llegara a entrar como poema, pero si lo hace... no me gustó mucho... .
Este poema (si es que lo es) lo ocupe para... liberarme, para poder dejar caer todo el peso que siento que me inunda y tirarlo encima de unos versos completamente dolidos... . ¿De qué se tratan estas entristecidas palabras? Fácil, un tapón, algo tan vulgar como eso, un tapón. Obviamente es una forma simbólica para hablar de algo que simplemente hace más daño.
Imagínense... su corazón, con un agujero abierto... , por este han pasado miles de cosas pero lo que más llena este corazón son las tristezas, las penas, las lágrimas, uno no quiere que nadie sienta lástima por el pobre ser que esta dentro de tu cuerpo (sí, le hemos dado vida a un corazón), por lo que optaste por la mejor opción que encontraste... mandaste hacer un tapón justo a la medida del agujero por donde pasan los dolores. Cuando lo conseguiste le pusiste la tapa a la boca del corazón que tanto pedía consuelo, total, era solo para no escucharlo. Al paso del tiempo, descubriste que era lo mejor que pudiste haber hecho en tu vida, hasta que un día sufriste un grave problema con alguien que querías mucho. El pobre ser, tan callado dentro de ti, estaba a punto de explotar con todo el drama que no había podido dejar salir por años, lo que provocó un cambio radical en tu forma de ser. Con el tiempo tu genio cambio, eras más idiota y antipática, y a gran parte de las personas que tu amabas comenzaste a tratar mal. Nunca nadie entendió lo que te paso. Luego de más tiempo paso lo que tenía que pasar, el tapón salio disparado dejando que en tu interior florecieran todas las penas que tu ya creías extintas. Al mismo tiempo, pero afuera, estabas en medio de una discusión con una persona que amabas, y que era otra víctima de tu extraño y rápido cambio de personalidad, de un segundo a otro rompiste a llorar, dejando al que te acompañaba completamente desconcertado y angustiado. 
Contaste tu historia, y te perdono, como muchos otros, pero para los demás ya era demasiado tarde, ya los habías herido.

Esta historia la acabo de inventar, pero salio de mi corazón, no me paso exactamente eso, porque justamente quiero prevenirlo. El problema es con mis amigas, y hemos puesto un tapón en nuestra amistad, realmente no tengo idea que nos falta, tuvimos una conversación y creímos haber arreglar todo, más yo sabía que no era más que una estúpida idea que cada una esperaba que fuera realidad.

Con esto me despido, y espero que lo hayan leído porque quizás les abra la mente, porque uno cree que a veces es tan fácil como tapar todo pero uno no sabe que adentro hay un recipiente, que se está llenando y que está aburrido de hacerlo...

Buenas noches...

PD: Soy realmente una dramaticona, espero que eso no sea tan malo como creo que es...

lunes, 3 de junio de 2013

Octavo Capitulo.


Intentando vivir en la realidad,
no en los sueños
Capitulo 8.

Estaba desilusionada, me sentía patética e ingenua, mis piernas, por instinto, comenzaron a alejarse lo más rápido posible de aquel ya no tan bello no atardecer... . Había esperado por más de una hora, suponiendo que mi sentido del "atardecer" no era el mismo que el de el, pero no, no apareció. Mi trasero estaba cuadrado, y mis piernas temblorosas y (por siempre) débiles me amenazaban con decaer en alguna parte del trayecto del parque a mi casa. 
No podía parar, no ahí, no, si lo hacia rompería a llorar en medio de la vereda llena de gente mirándome con rostros confusos y de impaciencia, poco menos pateandome para que no estorbe en su camino.

Logre llegar a la esquina de la calle de mi casa, no seguí, no pude, me sentía mal y terriblemente dramática por el hecho de estar sufriendo porque un completo extraño me había plantado en una extraña invitación.
Me detuve para poder tranquilizarme y me senté en la vereda, no tendría que preocuparme por la gente, nadie pasa por estos lados. 


- Vamos Nicol, toma aire, te estas comportando de una forma estúpidamente rara, nunca has sufrido así por un chico y hoy no es el día, además...

No pude seguir con mi fabulosa charla conmigo misma porque pude sentir ese "eso", el estaba atrás mio, ¿como lo supe? podía escuchar el nada que se formaba alrededor de ambos cuando el estaba cerca de mi, esa corriente que bajaba por su cuerpo y llegaba al mio a través del piso, y el último detalle, cerraba los ojos cada vez que se acercaba, aunque no lo supiera. 
Sabía que el estaba atrás, lo podía comprobar agudizando mi oído y sintiendo su respiración un poco cortada y agitada.
Tome un poco de aire y dije:
- Puedes ser invisible para el mundo, pero yo sé cuando estás ahí.

Hubo un largo silencio, el empezó a soltar la respiración lentamente hasta el punto que era completamente normal. 
- ¿Por qué no llegaste? Estuve harto rato ahí... y sospecho que tu igual...

No aguante me di vuelta, me enderece completamente y lo mire a los ojos, pero había algo extraño en su cuerpo, estaba... borroso como si estuviera entre medio de la niebla, pero no tenía aspecto tenebroso, seguía viéndose tierno y protector.
- En serio creí que llegarías... -baje mi rostro pero el lo tomo del mentón y lo levanto, justo como en las películas
- Linda, ¿quién dice que no llegue a tiempo?

Con un protector abrazo me cubrió entera, incluyendo mi rostro incrustado en su pecho.
- Si estás lista puedes asomarte, solo... no grites.

Otra vez estábamos en cualquier lugar (hermoso de hecho) menos en la calle de mi casa. 
- Prometo no gritar si tu prometes estar cuando despierte.

Fue la única condición que le hice, pero por su cara reflejaba como si fuera a cometer un pecado, un error horrible. Miro directamente a mis ojos, y sentí como se adentraba en ellos hasta llegar a un punto en el que una suave sensación se esparció por toda mi cabeza. Relajo su rostro y me mostró una hermosa sonrisa de "sí". Vaya, no era un chico de palabras...
A lo lejos podía distinguir un parque de diversiones, y en el cielo... un atardecer.