lunes, 3 de junio de 2013

Octavo Capitulo.


Intentando vivir en la realidad,
no en los sueños
Capitulo 8.

Estaba desilusionada, me sentía patética e ingenua, mis piernas, por instinto, comenzaron a alejarse lo más rápido posible de aquel ya no tan bello no atardecer... . Había esperado por más de una hora, suponiendo que mi sentido del "atardecer" no era el mismo que el de el, pero no, no apareció. Mi trasero estaba cuadrado, y mis piernas temblorosas y (por siempre) débiles me amenazaban con decaer en alguna parte del trayecto del parque a mi casa. 
No podía parar, no ahí, no, si lo hacia rompería a llorar en medio de la vereda llena de gente mirándome con rostros confusos y de impaciencia, poco menos pateandome para que no estorbe en su camino.

Logre llegar a la esquina de la calle de mi casa, no seguí, no pude, me sentía mal y terriblemente dramática por el hecho de estar sufriendo porque un completo extraño me había plantado en una extraña invitación.
Me detuve para poder tranquilizarme y me senté en la vereda, no tendría que preocuparme por la gente, nadie pasa por estos lados. 


- Vamos Nicol, toma aire, te estas comportando de una forma estúpidamente rara, nunca has sufrido así por un chico y hoy no es el día, además...

No pude seguir con mi fabulosa charla conmigo misma porque pude sentir ese "eso", el estaba atrás mio, ¿como lo supe? podía escuchar el nada que se formaba alrededor de ambos cuando el estaba cerca de mi, esa corriente que bajaba por su cuerpo y llegaba al mio a través del piso, y el último detalle, cerraba los ojos cada vez que se acercaba, aunque no lo supiera. 
Sabía que el estaba atrás, lo podía comprobar agudizando mi oído y sintiendo su respiración un poco cortada y agitada.
Tome un poco de aire y dije:
- Puedes ser invisible para el mundo, pero yo sé cuando estás ahí.

Hubo un largo silencio, el empezó a soltar la respiración lentamente hasta el punto que era completamente normal. 
- ¿Por qué no llegaste? Estuve harto rato ahí... y sospecho que tu igual...

No aguante me di vuelta, me enderece completamente y lo mire a los ojos, pero había algo extraño en su cuerpo, estaba... borroso como si estuviera entre medio de la niebla, pero no tenía aspecto tenebroso, seguía viéndose tierno y protector.
- En serio creí que llegarías... -baje mi rostro pero el lo tomo del mentón y lo levanto, justo como en las películas
- Linda, ¿quién dice que no llegue a tiempo?

Con un protector abrazo me cubrió entera, incluyendo mi rostro incrustado en su pecho.
- Si estás lista puedes asomarte, solo... no grites.

Otra vez estábamos en cualquier lugar (hermoso de hecho) menos en la calle de mi casa. 
- Prometo no gritar si tu prometes estar cuando despierte.

Fue la única condición que le hice, pero por su cara reflejaba como si fuera a cometer un pecado, un error horrible. Miro directamente a mis ojos, y sentí como se adentraba en ellos hasta llegar a un punto en el que una suave sensación se esparció por toda mi cabeza. Relajo su rostro y me mostró una hermosa sonrisa de "sí". Vaya, no era un chico de palabras...
A lo lejos podía distinguir un parque de diversiones, y en el cielo... un atardecer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario